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Tengo dolor en la nalga y pierna, ¿cómo saber si es síndrome piramidal o una hernia?

Cuando aparece un dolor en la nalga que baja por la pierna, muchas personas piensan de inmediato que tienen una hernia o algún problema serio en la columna. Otras, en cambio, escuchan por primera vez el término síndrome piramidal y se preguntan si esa podría ser la causa real de sus síntomas. La duda es muy común, porque ambas dolencias pueden provocar un dolor parecido. Sin embargo, tienen orígenes, evolución y tratamientos distintos.

En este artículo te explicamos cómo diferenciar el síndrome piramidal de una hernia discal, en qué se parecen, en qué se distinguen y qué señales te pueden orientar a saber qué tipo de problema estás teniendo.

¿Por qué el síndrome piramidal se confunde con una hernia?

El nervio ciático es el más largo y grueso del cuerpo humano. Nace en la parte baja de la espalda y recorre toda la pierna hasta el pie. Tanto el síndrome piramidal como una hernia lumbar pueden provocar síntomas similares porque afectan al mismo nervio. La diferencia está en el punto exacto donde se produce la irritación.

En una hernia discal, el nervio se ve comprimido en su origen, en la columna vertebral. En el síndrome piramidal, en cambio, la presión se da a nivel del glúteo, donde el músculo piramidal lo roza o lo comprime por una contractura.

Por eso ambos pueden causar dolor en la nalga y en la pierna, adormecimiento, hormigueo o incluso debilidad muscular. Pero hay formas de distinguirlos observando con atención ciertos detalles.

¿Dónde empieza el dolor si es una hernia y dónde si es síndrome piramidal?

Una diferencia clave es el punto de inicio del dolor:

  • En una hernia lumbar, el dolor suele comenzar en la parte baja de la espalda (zona lumbar) y bajar hacia la nalga y la pierna. A veces puede haber molestias incluso al estornudar, toser o levantarse de la cama.
  • En el síndrome piramidal, el dolor comienza en la nalga y se irradia hacia la parte posterior del muslo, pero rara vez afecta directamente a la espalda. El foco del dolor suele estar bien localizado en el glúteo, y al presionar esa zona, se reproduce claramente el síntoma.

Por tanto, si no tienes dolor en la espalda baja, pero sí en la nalga y parte alta de la pierna, es muy probable que el músculo piramidal esté involucrado.

¿Qué movimientos agravan cada problema?

Las posturas y movimientos que empeoran el dolor también ayudan a diferenciar ambas causas.
En el caso de la hernia discal:

  • El dolor aumenta al flexionar la columna (agacharse, atarse los zapatos).
  • Levantar peso o sentarse mal puede provocar un empeoramiento inmediato.
  • Estar de pie mucho tiempo o caminar largas distancias suele empeorar los síntomas.

En el caso del síndrome piramidal:

  • El dolor empeora claramente al estar sentado durante mucho tiempo.
  • Conducir o trabajar en una silla sin apoyo lumbar suele ser muy molesto.
  • Cruzar las piernas o realizar ciertos estiramientos del glúteo reproduce el dolor.

Estas pistas posturales ayudan a diferenciar qué tipo de presión está afectando al nervio.

¿Las pruebas médicas ayudan a distinguirlos?

Las pruebas como la resonancia magnética son muy útiles para diagnosticar hernias discales. Sin embargo, hay personas con hernias pequeñas que no causan síntomas, y otras con mucho dolor pero sin hallazgos importantes en la columna.
El síndrome piramidal no se ve en ninguna imagen, porque es una disfunción muscular y refleja. Su diagnóstico es clínico: se basa en los síntomas, en la exploración física y en la respuesta del paciente a ciertos movimientos.
Por eso es común que alguien se haga pruebas que no muestran nada, pero siga con dolor. En estos casos, es muy probable que el origen esté en el músculo piramidal y no en una estructura de la columna.

¿Hay otras señales que indiquen que es síndrome piramidal?

Sí, hay varios indicios que pueden ayudarte a sospechar que tu dolor se debe al músculo piramidal:

  • Puedes caminar bien al principio, pero al estar sentado más de 30-40 minutos, el dolor aparece o se intensifica.
  • Al aplicar presión en la nalga, en una zona profunda y puntual, se reproduce el dolor con claridad.
  • Tienes mayor rigidez en un solo glúteo, y esa sensación de “tener algo trabado” no mejora con reposo.
  • El dolor no cambia demasiado con movimientos de la espalda, pero sí con posturas de la pelvis.

Estas señales, sumadas a una exploración adecuada, permiten orientar mejor el diagnóstico.

¿Qué pasa si te han dicho que tienes una hernia pero no mejoras?

Este es un caso más frecuente de lo que parece. Muchas personas reciben un diagnóstico de hernia por las imágenes, pero no mejoran con tratamientos convencionales para la columna. Y es que tener una hernia no significa que sea la causa del dolor.
Puede que la hernia esté ahí, pero que el dolor actual venga del músculo piramidal o de una disfunción visceral que está afectando la zona del glúteo por reflejo.
Desde el enfoque Fiit Concept, es esencial mirar el cuerpo como un conjunto. Si una persona tiene problemas digestivos, tensión emocional acumulada, sedentarismo prolongado o disfunciones en órganos como el intestino, el útero o la próstata, estos factores pueden estar generando tensiones reflejas en la musculatura profunda de la pelvis.
Esa es una de las razones por las que muchos tratamientos fallan: se enfocan en la zona equivocada o solo tratan el síntoma sin atender la causa real.

¿Qué hacer si tengo dudas sobre el origen de mi dolor?

Lo primero es no precipitarse con tratamientos agresivos. Si has hecho pruebas y no hay compresión clara de una raíz nerviosa, y el dolor parece más localizado en la nalga, lo más prudente es considerar la posibilidad de un síndrome piramidal.

Observar cuándo aparece el dolor, con qué postura empeora y qué sensaciones lo acompañan te puede dar muchas pistas. También puedes consultar con un fisioterapeuta u osteópata que tenga formación en abordajes integrativos.

En casos donde el dolor persiste sin una causa clara en las imágenes, es muy útil contar con una guía que permita entender el origen visceral, emocional y postural del problema. En este sentido, el enfoque que propone Fiit Concept ofrece una vía para identificar y resolver las causas profundas del dolor glúteo.
Si te interesa explorar esta alternativa, puedes conocer el programa completo para esta patología haciendo clic aquí.

Conclusión

Tener dolor en la nalga y la pierna no siempre significa que hay una hernia. El síndrome piramidal es una causa frecuente, pero poco reconocida, que puede provocar síntomas muy parecidos. Saber identificar las diferencias entre ambos cuadros es fundamental para evitar tratamientos innecesarios y enfocar correctamente la recuperación.

Escuchar al cuerpo, observar los detalles y considerar todas las posibles causas (no solo las que aparecen en una imagen médica)es el primer paso para recuperar el bienestar sin cronificar el problema.

El dolor puede ser complejo, pero también es una oportunidad para comprender más profundamente lo que tu cuerpo quiere decirte.

Junio 23, 2025

Junio 23, 2025

Albi