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Tengo dolor en el glúteo al estar sentado mucho tiempo, ¿puede ser síndrome piramidal?

El dolor de glúteo que aparece o empeora al estar sentado es una de las molestias musculoesqueléticas más comunes, especialmente entre personas que trabajan muchas horas frente al ordenador o que conducen durante largos trayectos. Aunque a menudo se atribuye a problemas lumbares o al nervio ciático, este síntoma es característico del síndrome del músculo piramidal. En este artículo te explicamos qué es, cómo se genera este dolor y qué puedes hacer para aliviarlo de forma natural y profunda.

¿Qué ocurre cuando estar sentado provoca dolor en el glúteo?

La posición sentada, especialmente si es prolongada y mantenida durante varias horas al día, puede tener consecuencias importantes para los músculos de la pelvis y la parte baja de la espalda. En concreto, el músculo piramidal —ubicado en lo profundo del glúteo, entre el sacro y el fémur— se ve comprometido por la presión constante que se ejerce sobre él al sentarse.

Este músculo es pequeño, pero tiene una función clave: estabiliza la cadera, permite la rotación externa del muslo y colabora en la marcha. Por su ubicación, está en estrecha relación con el nervio ciático, que en muchas personas pasa justo por debajo o incluso atraviesa el propio músculo.

Cuando el piramidal se tensa, se inflama o se acorta por estar demasiado tiempo en posición de compresión (como al estar sentado), puede ejercer presión sobre el nervio ciático. Esto genera un dolor profundo en el glúteo, que puede irradiarse hacia la parte posterior del muslo, simulando una ciática.

Síntomas típicos del síndrome piramidal al estar sentado

Uno de los signos más característicos del síndrome piramidal es que el dolor empeora claramente al estar sentado y mejora al ponerse de pie o caminar. Algunas personas describen una molestia como si tuvieran “una piedra” dentro del glúteo o como si “algo se les clavara” al sentarse.

Otros síntomas frecuentes son:

  • Dolor profundo y punzante en un solo glúteo, difícil de localizar con precisión.
  • Irradiación del dolor hacia la parte posterior del muslo, a veces hasta la rodilla.
  • Empeoramiento del dolor tras conducir, trabajar en el ordenador o estar en reuniones largas.
  • Dificultad para encontrar una postura cómoda al sentarse, con sensación de presión constante.

Si te reconoces en estas descripciones, es muy probable que el problema no esté en la columna, sino en el músculo piramidal.

¿Por qué se afecta tanto este músculo en personas sedentarias?

El estilo de vida actual favorece la disfunción del músculo piramidal. Pasamos muchas horas al día sentados en sillas que no respetan la anatomía natural de la pelvis, con posturas en las que los glúteos pierden tonicidad y los músculos profundos se ven sometidos a tensión constante.

Pero no solo el sedentarismo es responsable. Desde el enfoque del Fiit Concept, hay otros factores que influyen poderosamente en esta dolencia:

  1. Estrés acumulado: Las personas sometidas a altos niveles de presión, exigencia o conflictos emocionales pueden somatizar ese malestar en la pelvis. El músculo piramidal actúa como una zona de descarga inconsciente del sistema nervioso autónomo.
  2. Disfunción visceral: En especial, se relaciona con alteraciones del intestino grueso, útero (en mujeres) o próstata (en hombres). Estas vísceras, si están alteradas por procesos inflamatorios, digestivos o emocionales, pueden reflejarse a través de la musculatura pélvica.
  3. Perfil emocional: La persona que suele sufrir este tipo de patología tiende a ser introvertida, contenida o perfeccionista, lo que favorece una somatización interna, muchas veces silenciosa, pero constante.

Estos factores explican por qué muchas personas siguen teniendo dolor aunque cambien la silla o hagan ejercicios, ya que el origen profundo del dolor no ha sido resuelto.

¿Cómo abordar el síndrome piramidal desde el Fiit Concept?

El primer paso es comprender que el dolor en el glúteo no se debe únicamente a una contractura mecánica, sino que es una señal de un desequilibrio más amplio. Esta visión es fundamental para lograr una solución real y duradera.

A continuación, se presentan las estrategias que empleamos desde Fiit Concept para resolver esta dolencia:

1. Explorar la posible implicación visceral

Si la persona tiene antecedentes de problemas digestivos, estreñimiento crónico, menstruaciones dolorosas, inflamación intestinal o infecciones urinarias repetidas, es muy probable que exista una relación entre estos órganos y el dolor pélvico.

En mujeres, la tensión en el útero o los ovarios puede reflejarse directamente en la musculatura del glúteo. En hombres, la próstata inflamada o congestionada puede generar reflejos hacia el piramidal.

En ambos casos, se necesita actuar sobre la víscera implicada, a través de cambios dietéticos, uso de fitoterapia y un trabajo de toma de conciencia emocional.

2. Reducir la carga emocional interna

El músculo piramidal se ve especialmente afectado por emociones que no encuentran vía de salida: frustración, impotencia, rabia contenida, miedo al conflicto. Muchas veces, estas emociones no son recientes, sino que se arrastran desde años atrás.

Reconocer qué emociones están “ancladas” en la pelvis es un paso decisivo para empezar a liberar el músculo y reducir el dolor.

3. Adaptar la alimentación

La alimentación tiene un rol clave, sobre todo si hay inflamación intestinal o disbiosis. En estos casos, recomendamos:

  • Evitar gluten, lácteos, azúcares refinados y alcohol.
  • Favorecer alimentos cocidos, cereales suaves (arroz, mijo), caldos y verduras al vapor.
  • Introducir plantas digestivas, hepáticas y depurativas según cada caso: diente de león, fumaria, espino blanco, melisa, etc.

4. Ejercicio específico y movimientos conscientes

Aunque no usamos técnicas manuales por el formato online, sí enseñamos ejercicios de movilización pélvica, estiramientos del piramidal y ejercicios respiratorios que ayudan a descargar la presión de la zona.

No se trata solo de estirar el músculo, sino de trabajar desde la consciencia corporal para liberar la tensión interna que lo está afectando.

5. Evitar posturas mantenidas y revisar la ergonomía

Mientras se trabaja en las causas más profundas, es necesario también evitar estar más de 30-40 minutos seguidos sentados. Levantarse, caminar, hacer movimientos suaves cada cierto tiempo, y usar cojines que descarguen presión del glúteo pueden aliviar los síntomas.

Pero es importante entender que esto no sustituye al trabajo de fondo. Solo es una ayuda temporal mientras se resuelve el origen.

¿Cuándo acudir a un profesional?

Si el dolor es muy intenso, impide el descanso, se irradia a toda la pierna o está acompañado de debilidad o pérdida de sensibilidad, es necesario acudir a un fisioterapeuta u osteópata para una valoración detallada. También si persiste más de 3-4 semanas sin mejoría.

No obstante, en la mayoría de los casos, el síndrome piramidal no necesita tratamientos invasivos. Lo que necesita es comprensión, escucha, y un abordaje que tenga en cuenta a la persona en su totalidad, no solo a su músculo afectado.

El dolor de glúteo al estar sentado mucho tiempo no debe considerarse una molestia menor o pasajera. Si se mantiene en el tiempo, puede estar indicando la presencia de un síndrome piramidal, con causas profundas tanto físicas como emocionales.

Tratar este problema de forma integral, desde una mirada como la que propone nuestro Programa para el tratamiento del Síndrome Piramidal, permite no solo aliviar el dolor, sino transformar la relación que tienes con tu cuerpo y con tus emociones. Solo así se logra una recuperación estable, sin dependencia de tratamientos repetitivos ni soluciones parciales.

Mayo 12, 2025

Mayo 12, 2025

Iñigo Junquera